Pensamientos, emociones, como afectan nuestro comportamiento.

La ansiedad mina el intelecto. Las personas ansiosas tienen mas probabilidad de fracasar, ya que se comprobó que socava cualquier rendimiento alto, incluso en C.I. alto. Un estudio científico de los 60' descubrió que existen dos tipos de alumnos ansiosos: los que anulan su rendimiento académico y los que son capaces de desempeñarse bien a pesar de la tensión, o tal vez, a causa de ella.
Un estado levemente eufórico (hipomania) parece optimo para escritores y otras personas que ejercen profesiones creativas que exigen fluidez y diversidad imaginativa. Ahora, si esta euforia se descontrola, todo puede salir mal o directamente no salir. El buen humor favorece la capacidad de pensar con flexibilidad y con mayor complejidad (optimismo), haciendo que resulte mas fácil encontrar soluciones a los problemas de cualquier tipo.
La risa y el estado de buen humor ayudan a pensar con mayor amplitud y a asociar mas libremente, notando las relaciones entre las cosas, que de otro modo, podrían haberse escapado. Es una habilidad mental importante, no solo para la creatividad, sino para reconocer asociaciones y relaciones complejas, y para prever el desarrollo y las consecuencias de una situacion determina (causa-efecto-consecuencia)
Al hacer planes o tomar decisiones, las personas que estan de buen humor tienen una inclinacion perspectiva que las lleba a ser mas claras en sus formas de pensar y a la hora de comunicarse. Esto sucede porque la memoria depende del estado en particular del modo que, cuando estamos de buen humor, recordamos acontecimientos mas positivos. Cuando pensamos en los pros y contras de una posicion a tomar mientras nos sentimos bien, nuestra memoria positiva influye en la evalucion ede las evidencias, haciendo que resulte mas probable que hagamos algo ligeramente arriesgado en pos de un buen resultado. Por la misma razón estar de mal humor influye a la hora de tomar decisiones temerosas, excesivamente cautelosas.
Las emociones descontroladas obstaculizan el pensamiento, pero podemos volver a encarrilarlas. Esta es la aptitud maestra que facilita cualquier otra clase de inteligencia.
Consideremos algunos casos puntuales: los beneficios de la esperanza y el optimismo, aquellos momentos sublimes en que la gente se supera a si misma, lo que confirma una vez mas que las aptitudes emocionales son las que determinan el resultado y no el C.I. La esperanza abarca la confianza , la autoestima y la alegría de alcanzar algo o de ser algo. También está relacionado con lo que se adquirió en la infancia en términos de poder o no poder y en cuanto de eso se traslada a la adultez, cuanto de esto es la raíz de lo que uno directamente ni intenta, lo que se descarta antes de intentar, o de las renuncias ante el primer fracaso.
Esto también muestra la importancia de conocerse a sí mismo. Lograr el realismo objetivo permite soñar con sentido común. Desde el punto de vista técnico, la esperanza es algo mas que alegría de saber que todo va a salir bien. Nos permite tener perseverancia y aceptación del trabajo duro para lograr lo que se busca. Pero por un lado hay gente que piensa de sí misma que es capaz de solucionar problemas, de salir del atolladero, mientras que otras no se consideran poseedoras de la energía, la habilidad, ni los medios para alcanzar su objetivo.
Las personas que poseen un alto nivel de esperanza tienen en común ciertas características: son capaces de motivarse ellos mismos, son suficientemente hábiles para encontrar formas de alcanzar sus objetivos, asegurarse cuando se encuentran en aprietos que hay maneras de mejorar, ser lo suficientemente sensibles para encontrar diversas maneras de alcanzar las metas o modificarlas si se vuelven imposibles, tener la sensación de reducir una tarea monumental en fragmentos mas pequeños y manejables.
Desde la perspectiva de la inteligencia emocional, abrigar esperanzas significa que uno no cederá a la ansiedad abrumadora, a la actitud derrotista, ni a la depresión, cuando se enfrente a los desafíos. Las personas que abrigan esperanzas muestran menos depresión ya que actúan para alcanzar sus objetivos en lugar de lamentarse por su falta, son menos ansiosas en general y tienen menos dificultades emocionales.
La esperanza y el optimismo van de la mano. El optimismo realista aporta beneficios en la vida, evita que la gente caiga en apatía, desesperanza o depresión ante las adversidades. La diferencia está en como los optimistas conciben los fracasos. Considerando que estos resultados pueden ser modificados de manera que el éxito esperado se consiga en la siguiente oportunidad. En cambio el pesimista piensa que el fracaso se debe a alguna característica que no es modificable por ellos. Por ejemplo un optimista que busca trabajo, o busca mejorar en él, ante un rechazo, reacciona generando un plan de acción, que puede ser buscar ayuda, asesoramiento, hacer algunas modificaciones, etc. Considerando este contratiempo como algo que tiene solución.
En contraste, un pesimista en esta misma situación supone que no puede hacer nada para mejorar las cosas, pudiendo hasta llegar a pensar que son víctimas de  influencias ajenas, o incluso de una deficiencia personal. Por lo tanto no hará nada y en consecuencia no tendrá mejores resultados.
El optimismo y la esperanza, al igual que la impotencia y desesperación pueden aprenderse. La convicción de la gente con respecto a sus propias habilidades refuerza de manera profunda esas habilidades. El pesimismo automático, es decir, las suposiciones fugaces en segundo plano acerca de uno mismo y de los que sucede alrededor, funciona como pensamientos tóxicos. Esto tiene relación con los conceptos equivocados que uno se va formando a lo largo de la vida, y el mal hábito de juzgar desde allí todas las acciones. La idea de ser una victima inocente de las personas o circunstancias aumenta constantemente la ira y el daño. El que se siente victimizado vigila constantemente las actitudes de los otros, buscando justificar su victimización, pasando por alto las actitudes bondadosas de las otras personas. Estos pensamientos son poderosos y confunden al sistema de alarma, generando cada vez mas pensamientos negativos y pesimistas.
Para estar libres de estos pensamientos y ver las cosas con mas objetividad, se hace necesario quitarse de la mente la idea de que los demás están todo el tiempo pensando en hacernos daño, o que las situaciones pasan para molestarnos a nosotros. De mas está decir que este tipo de pensamientos surge de las mentes muy egoístas que centran su atención permanentemente en si mismos, creyendo que el mundo también gira por ellos. Esto trae una actitud pesimista hacia la vida, provocando aflicción constante, haciéndolos propensos a asaltos emocionales, a sentir furia y sentirse dañados o disgustados constantemente por las cosas que hacen otros. Esto les da muchas probabilidades de que recurran a la crítica y al desdén en los enfrentamientos, lo que a su vez aumenta las posibilidades de una actitud defensiva, que termina siendo un ataque, un mar de reproches y reclamos, que causan el bloqueo de las personas con las que se enfrentan.
Superar los desafíos genera auto-confianza. Los psicólogos denominan a esto auto-eficacia. La combinación de talento razonable, la capacidad de  seguir adelante ante las derrotas, enfocarse en los logros que se persiguen, es lo que conduce al éxito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario